CÓMO PEDIR SALUDABLE CUANDO COMES FUERA
Una de las mayores dificultades cuando tratamos de poner conciencia en nuestra alimentación es llevar a cabo nuestros planes de comida cuando estamos fuera de casa.
Parece imposible salir a un restaurante y elegir platos que nos resulten saludables. En este texto voy a darte algunos consejos para que puedas seleccionar mejor lo que comes fuera, hacer mejores combinaciones basadas en las proporciones de macronutrientes que deben componer una comida.
Muchas veces nos pasamos cuando vamos a un restaurante, porque lo consideramos un momento especial para aprovechar, ya que en casa solemos aburrirnos de nuestras comidas y nos sentimos a veces un poco frustradas. En este sentido, lo ideal sería intentar cuidar nuestra alimentación de un modo diferente, no sintiendo que estamos haciendo tanta renuncia. En la medida en que disfrutemos de lo que estamos comiendo habitualmente, la ansiedad y la frustración irán desapareciendo y, de ese modo, no tendremos tantas ganas de pedir alimentos poco saludables cuando estemos fuera de casa.
Por otro lado, es importante que olvidemos la típica categorización según la cual algunos alimentos están prohibidos. Yo propongo que cambiemos ese relato y que lo sustituyamos por una idea diferente: todo se puede comer y, en función de cuánto lo disfrutas y lo saludable o no que sea un alimento, decidimos comerlo más o menos a menudo. Tampoco pasa nada si ocasionalmente vamos a un restaurante y comemos lo que nos apetece, incluso si nos pasamos. Es importante también hacerlo de forma consciente y que, una vez hemos optado por lo menos saludable, no nos sintamos culpables y lo dejemos estar, ya que muchas veces es la propia culpa la que nos hace entrar en un bucle de autosabotaje y castigo.
Del mismo modo, cuando apetece comer algo dulce (aunque es importante intentar que no sea por sistema), opino que es preferible no quedarnos con las ganas ni pasarlo mal. Si en un momento dado te apetece un postre o un desayuno o merienda especial, mejor que elijas bien (en el sentido de que sea algo que realmente te guste y te apetezca). No es mejor idea, entre dos dulces, elegir la que es un poco menos insana si en relaidad no te va a satisfacer. Ya que vas a tomar la decisión de comerte algo que sabes que no es saludable, hazlo para conseguir el objetivo de disfrutarlo. En caso de que no elijas bien, corres el riesgo de aumentar las ganas y quedarte con una sensación de frustración y culpa.
Otra cosa interesante a tener en cuenta es si realmente tienes ganas de comer fuera: a menudo cuando trabajamos fuera y no podemos comer en casa, nos dejamos llevar por la inercia o por lo que hacen los demás, cuando en realidad no nos apetece ir a un restaurante y comer más de la cuenta. Muchas veces, la posibilidad de llevarte la comida de casa es sólo una cuestión de organización y de asesorarte bien para poder llevarlo a cabo. Desde luego, la comida que te lleves tiene que ser apetecible, porque si no, seguramente te darán ganas de comer otra cosa diferente, o lo harás o te sentirás frustrada mientras te comes tu tupper aburrido.
Para que esta opción sea realmente viable, es importante que te plantees hacer Batchcooking. Para mí, es la solución para preparar todas las comidas de la semana sin que te consuma demasiado tiempo ni energía, ya que ninguna de las dos te sobran. Gracias a esta planificación seguro que te compensa. Y de ese modo, sólo irás a comer fuera cuando realmente quieras hacerlo.